domingo, 22 de enero de 2017

CONTRA EL NACIONALISMO

CONTRA EL NACIONALISMO


Desde un punto de vista opuesto al nuestro el comentarista Terragno -de quien en su momento años atrás formuláramos una rotunda crítica a sus perspectivas fanáticamente modernas (Véase nota nuestra titulada 'El terrorífico mundo del Dr. Terragno' en la revista Cabildo de 1985)- llega a conclusiones que son parecidas a las nuestras *.
Nos manifiesta que existe hoy en día una tendencia generalizada en diferentes sectores de la sociedad a confundir los medios con los fines. Y esto puede valer en especial para todos aquellos que se han dejado impresionar con la figura de Trump que levanta consignas que han sido propias del nacionalismo tales como el proteccionismo, la defensa de las propias fronteras, el sentimiento de potencia por la propia nación, etc. Frente a tales posturas se sostiene que el enemigo serían en cambio aquellos que sostienen lo contrario: la globalización, el universalismo, el mundo sin fronteras, etc. Sin embargo se trata aquí de dos caras de una misma moneda que no deben confundirnos en manera alguna. Es el mismo sistema que alternativamente y de acuerdo a sus conveniencias utiliza ambas posturas en apariencias contrarias. Desde una perspectiva económica pasar de la libertad de mercado al proteccionismo no es un signo de ideología sino de pragmatismo. Yendo al ejemplo concreto de la industria automotriz tan promocionado por Trump, en los últimos tiempos la misma ha estado amparada por el libre comercio implementado por el NAFTA. Es indudable que produciendo los autos en Méjico, en razón de la diferencia cambiaria que permitía pagar salarios más bajos, a los empresarios yanquis les conviniera tal país para poder vender más vehículos, pero esto significó con el tiempo el empobrecimiento y desocupación del obrero norteamericano, es decir del potencial comprador de lo que se producía más barato; por lo tanto para recomponer su poder adquisitivo, ahora el paso siguiente ha sido el proteccionismo, es decir que se vuelvan a producir en el propio país. Por lo tanto el 'nacionalismo' de los norteamericanos, y podríamos decir también de los europeos o de los chinos, que se basa en valores prioritariamente económicos y por lo tanto modernos, es algo que no solamente no nos incumbe, sino contra el cual deberíamos combatir de la misma manera e intensidad con que lo hacemos en contra de su globalismo, la otra cara de una misma moneda. De la misma manera podríamos decir -y apartándonos esta vez de Terragno- que también desde una perspectiva tradicional se puede ser alternativamente nacionalistas y globalistas de acuerdo a nuestra propia conveniencia. En el primer caso el nacionalismo sólo es válido cuando de lo que se trata es de resaltar de nuestro pasado valores propios de una tradición que por ser tal trascienden nuestra dimensión propiamente particular y en ese sentido es que somos 'globalistas' o universales en cuanto rescatamos valores que en tanto superiores y metafísicos son de todos y no solamente de un pueblo que habita en un circunstancial espacio geográfico.

* http://www.clarin.com/opinion/trump-pone-unidos-patas-arriba_0_rkAI9Ha8l.html

lunes, 9 de enero de 2017

LOS EUROTRUMPIANOS

LOS EUROTRUMPIANOS


Los dos principales ideólogos europeos que inspiran a nuestros güelfos y nazis vernáculos son Alain de Benoist y Alejandro Dugin. He aqui lo que ambos nos han dicho respecto de Trump, notorio sionista que quiere terminar con los palestinos y consolidar el Estado hebreo.
Dijo de Benoist: "Los que votaron por Trump votaron primero contra un sistema del que Hillary Clinton, símbolo algo decrépito de la corrupción institucionalizada, daba una representación ejemplar. Votaron en contra del “remanso de Washington”, en contra de la corrección política, en contra de George Soros y Goldman Sachs, en contra de la morgue de los políticos de carrera que buscan confiscar la democracia para su propio beneficio, en contra del show business que los Clinton llamaron a su rescate. Es esta oleada de ira que se reveló irresistible."
Frente a tamaña desinformación recordemos que el equipo económico de Trump, sin contar a su yerno Kushner, futuro presidente en la sombra, está compuesto por una decena de multimillonarios de Wall Street cuya fortuna se calcula en 35.000 millones de dólares.
Pero más patético es lo manifestado por Dugin: "La victoria de Trump muestra que hay dos Norteaméricas hoy, o más bien, dos versiones de Estados Unidos: la Norteamérica de Clinton y la Norteamérica de Trump. La Norteamérica de Trump es tradicional y conservadora, sana y digna de respeto. Esta Norteamérica dijo un rotundo “no” al globalismo y a la expansión de la ideología liberal. Esta es la verdadera Norteamérica, la Norteamérica del realismo que ha elegido a su presidente y no ha sucumbido a la falsa propaganda de los medios liberales globalistas... La victoria de Trump es el comienzo de una revolución americana. La gente está derrocando a la élite transnacional. Este es el alba de una lucha de liberación nacional. Las redes del gobierno mundial han aflojado su apretón en la garganta de los Estados Unidos y, de aquí en adelante, Estados Unidos estará en la misma posición que todos los demás estados que participan en la misma lucha de pueblos, culturas y tradiciones contra la maníaca secta liberal de globalistas. Hoy, todos estamos en solidaridad con el pueblo estadounidense. Después de estas elecciones, debemos abandonar el antiamericanismo simplista, que era totalmente apropiado cuando Estados Unidos estaban gobernados por los globalistas, pero que ahora está más fuera de lugar. Si Estados Unidos, como Trump prometió, se concentra en sus problemas internos y deja a la humanidad sola, entonces ya no hay razón para odiarlos.
Después de todo, no es Norteamérica, sino sus élites, las que impusieron agresivamente a la humanidad valores antinaturales, repulsivos y destructivos, y subyugaron estados, sembraron el terror y el caos bajo el disfraz de la “democracia”, derramaron océanos de sangre e invadieron estados soberanos. Trump no pertenece a estas élites. Él no es uno de ellos. Esto significa que apoyará otros valores, conservadores, americanos y cristianos. Sus políticas hacia el resto del mundo serán diferentes."
Sin que queramos ser simplistas como nos achaca Dugin nosotros queremos contestar que somos antiamericanos no simplemente por su 'globalismo', sino por su espíritu mercantil y materialista, el mismo que comparte con su mentor Putin. De la misma manera nos causa gracia el cristianismo de Trump, en estrecha connivencia con el judaísmo sionista de su hija y yerno. Por lo demás que ganen los conservadores en EEUU, en donde reputamos que no hay absolutamente nada que conservar, es algo que solamente nos puede interesar si ello significa acelerar su destrucción, cosa obviamente no querida por los mentores de la pretendida nueva derecha o quién sabe como llamarlos en tanto que participa por igual como ellos del sistema.*

* Por otro lado miente vergonzosamente Dugin cuando dice que Trump no quiere invadir. Todo lo contrario, a diferencia de Obama ha manifestado su intención de enviar tropas al Medio Oriente para terminar con el Estado Islámico. Tal como vemos Dugin es uno más de los tantos hackers rusos encargados de desinformar.

martes, 3 de enero de 2017