viernes, 27 de noviembre de 2020

CONTRA MARADONA

CONTRA MARADONA




No hemos leído todavía a ninguno de los tantos escritores conspirativos que haya dicho que Inglaterra, para dominar al planeta y convertir a una humanidad en zombie y fácilmente dominable, ha inventado un deporte muy ameno y atractivo como el futbol, el cual en personas de escaso horizonte mental puede llegar a convertirse en una verdadera y propia patología y en lo que psicológicamente se conoce como un fetiche sustitutivo ante las distintas frustraciones e impotencias, así como también una manera de ver confirmados los propios defectos que no se intentan corregir.
Bien sabemos que, a diferencia de lo que afirma la modernidad, el pueblo no es una entidad inmaculada ni como decía cierto tirano prófugo "lo mejor que tenemos", sino en cambio una entidad a educar y modelar tratando de hacer primar en el mismo las buenas pasiones y virtudes y erradicar en cambio aquellas que hunden a una comunidad en el oprobio y la decadencia.
Y yendo específicamente al pueblo argentino debemos resaltar aquí que uno de los defectos principales que lo caracterizan y señalan respecto de otras comunidades es el vicio conocido como de la viveza criolla, el que se singulariza en el dicho de que "el vivo vive del sonso" tratándose aquí de la exaltación de la vida fácil obtenida con pocos esfuerzos y con demagogias a través de la búsqueda del atajo y del ocio convertido en estado de pereza y disfunción.
Justamente una de las grandes figuras míticas argentinas previas a la de Maradona y del cual hoy se habla poco fue el cantor de tangos Carlos Gardel, el cual, aparte de su innegable capacidad de vocalista en su especialidad, era exaltado principalmente por su porte de compadrito, vividor y con capacidad de llevarse a todo el mundo por delante. Es de recordar que en lo relativo a la persona que hoy se evoca una de sus características principales fue la habilidad con la que logró vencer en un partido de futbol a nuestro gran enemigo Inglaterra el cual nos había vencido hacía poco y en forma vergonzosa en la guerra de Malvinas. El hecho de haber realizado un gol en forma irregular y con la mano y de haberlo ocultado fue exaltado como un signo claro de esa gran viveza que nos caracteriza ejercida esta vez contra un enemigo atávico al que se trataba así de humillar. Sin embargo lo noble en tal caso hubiera sido que el aludido hubiese reconocido la infracción buscando con otros procedimientos legales y sin trampas una victoria que por otro lado para nada podía ser comparada con el conflicto bélico antes mentado.
Agreguemos también el hecho de que tal situación de crack irrebatible le proporcionó la facultad de poder hablar de cualquier tema que se le hubiese ocurrido generalmente con absoluto desconocimiento de causa y efectuado con la sola finalidad de ratificar permanentemente su condición de figura de escenario para exhibición ante todos, aun cuando ya con los años hubiese debido abandonar la práctica del deporte. Señalemos finalmente su patológica y obsesiva adicción a las drogas y el hecho de que hubiese hipócritametne participado de una campaña en su contra predicando ante los demás algo que no hacía en su vida privada, en una actitud parecida al gol realizado con la mano.
Pero lo más grave del caso ha sido en todo esto la actuación de la clase política miserable y depredadora que hoy rige en la Argentina que en distintos niveles y sectores se la ha pasado todo el tiempo exaltándolo y codeándose con él reputando que su cercanía agregaba rating a sus objetivos electorales excluyentes. Y esto se debe al hecho lamentable que para la democracia lo principal no es la verdad ni la educación del pueblo, sino simplemente obtener de éste la adhesión electoral al precio que fuere aun a costa de su misma salud física y moral.
Tal el espectáculo lamentable que vivimos ayer. A pesar de estar padeciendo el país los efectos más deletéreos de la pandemia y a pesar de haberse aceptado unversalmente aun por parte del mismo gobierno la necesidad del distanciamiento social, el mismo convocó a un multitudinario velatorio de un millón de personas nada menos que en la misma sede gubernamental. Esta lamentable circunstancia ha significado un aluvional incremento en los contagios que se verán reflejados en pocos días así como también pudimos presenciar, como correlato de tal hecho, actos de violencia que ni siguiera se vieron cuando las protestas del corralito en el 2001 habiendo llegado los revoltosos al límite de tomar por asalto el mismo palacio presidencial.
Romper con la demagogia, y con los mitos que la alimentan, entre ellos el aquí aludido, salir por lo tanto de la democrcia debe ser la gran meta de los argentinos en estos días aciagos.

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