martes, 3 de diciembre de 2013

RAMÍREZ: COMBATIR EL ESPÍRITU BURGUÉS

UNA  TAREA  DE  LA  TRADICIÓN. COMBATIR  EL  ESPÍRITU  BURGUÉS

    
  Una forma de ser y de comportarse invade el mundo moderno: se trata del burgués. Se lo encuentra en todas partes; entre nuestros parientes, vecinos y conocidos.  Hay militares burgueses, curas burgueses, docentes burgueses, profesionales burgueses, sindicalistas burgueses, intelectuales burgueses y aún más. El burgués está presente en todos los estamentos y clases sociales. Puede ser obrero, deportista, intelectual o político. Joven o viejo, está en todas partes.
     El burgués se caracteriza por su apego a lo material, al dinero y a la posesión de bienes de todo orden, menos los bienes espirituales, Vive pensando en ello. Su vida gira en torno a los logros materiales que son la razón de su existencia.
     En épocas pasadas el burgués todavía podía asumir comportamientos nobles y dignos, alcanzar incluso la heroicidad y sacrificarse por su patria, por su rey y por su honor. Un comerciante que quebraba se suicidaba. Hoy día los descendientes de ese comerciante preparan las quiebras para despojar a las víctimas que en algún momento confiaron en él. Pero ha avanzado tanto el proceso de descomposición  y putrefacción social que ese tipo de burgués es un recuerdo del pasado.  Un intelectual argentino, Juan Bautista Alberdi, uno de los padres del liberalismo argentino, escribía a mediados del siglo XIX, que había pasado la época de los sables heroicos y comenzaba la del comercio, la libre empresa, la industria y la creación de riqueza.  En una palabra, comenzaba la época del burgués moderno.
     Y ahora vayamos al otro aspecto de la cuestión. En cierta oportunidad le preguntamos a un burgués qué pensaba hacer después de la muerte. En un principio le sorprendió la pregunta  a la que no estaba acostumbrado, y una vez rehecho, nos contestó que cuando el momento llegara lo pensaría. Estamos seguros que por algunos segundos lo invadió la angustia existencial.
     Nuestro buen burgués calma esa angustia, ese vacío, recurriendo al mundo exterior. Entonces, hay que disfrutar de la vida, gozarla, divertirse, pasarla bien. Para eso están los medios de comunicación, la TV, el cine, las redes sociales, el turismo, la internet, la pornogafía, los espectáculos deportivos, las telenovelas, los recitales, y los bailes dónde las multitudes se agitan como marionetas en un estado de trance. El espíritu burgués campea a sus anchas y va transformando a las multitudes modernas en robots teledirigidos.
     Con esa clase de individuos no se puede pensar seriamente en ninguna rectificación seria de la humanidad. La única salida es agrupar a los pocos que mantienen una visión guerrera, viril y heroica en torno a una orden tradicional, inasequible al espíritu burgués. Que rechace las falsas alternativas que ofrece el mundo moderno y apoyando en cualquier parte del mundo a aquellos que partiendo de sus limitaciones de tiempo y espacio, sostienen una visión común en torno a los principios tradicionales. Así lo está haciendo el Frente Cristiano Islámico del cual formamos parte desde la vertiente católica.

San Carlos de Bariloche, 19 de noviembre del 2013.

JULIÁN  RAMÍREZ     


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